Certificados
Todos los diamantes comparten ciertas características que permiten compararlos y evaluarlos.
Es lo que se conoce como las 4C (por su nombre en inglés): Cut (talla o forma), Carat (peso o quilates), Color y Clarity (pureza).
Este es el Sistema Internacional de Clasificación de Diamantes adoptado por todos los profesionales de la joyería de alrededor del mundo.
El laboratorio GIA (Gemological Institute of America), organismo independiente y sin ánimo de lucro considerado la máxima autoridad en autenticidad y calidad de diamantes, certifica todos nuestros diamantes a partir de este método de clasificación.
Nuestro compromiso con la calidad hace que todos nuestros diamantes cuenten también con el certificado de origen Kimberley, un proceso establecido por la ONU que garantiza que los diamantes provienen de zonas libres de conflicto bélico.
Las 4 C
Cut
Talla
La belleza de un diamante radica en su compleja relación con la luz, resultado en tres atributos a valorar: brillo (la combinación de la luz blanca que se refleja de la superficie y dentro del diamante), fuego (las “llamas” de color que emite el diamante), y resplandor (la luz desprendida cuando se mueve el diamante, la luz o el observador).
Las proporciones y la talla de un diamante pulido afectan a su comportamiento ante la luz, un aspecto que GIA valora desde Excelente hasta Deficiente.
Carat
Peso en quilates
Cada quilate equivale a 200 miligramos de peso.
En el caso de diamantes de menos de un quilate, cada quilate se divide en 100 puntos para poder valorar igualmente su peso.
Color
Color
Los grados de color de un diamante se determinan en comparar cada uno de los diamantes con un patrón predeterminado.
La escala de colores GIA comprende desde la D (sin color) hasta la Z (amarillo claro o marrón). Cada letra representa una gamma de color y su grado de visibilidad.
Clarity
Pureza
La escala de pureza GIA incluye once grados de pureza en función de las características internas y externas del diamante fruto de su formación bajo condiciones de calor y presión extremas.
Estas características son únicas de cada piedra y ayudan a distinguir los diamantes auténticos de los sintéticos.