La historia de TAG Heuer empieza en 1860, cuando Edouard Heuer funda la empresa en la pequeña población de Saint-Imier, en el lado suizo de Berna.
A partir de entonces destacó en el pequeño mundo de la relojería por su capacidad de innovar en sus creaciones, patentando su primer cronógrafo en 1882 e inventando el “piñón oscilante” en 1887, un sistema para ejecutar los cronógrafos mecánicos que todavía hoy se sigue utilizando. Su innovación siguió creando el primer cronógrafo para poner en automóviles y aviación en 1911, el “Time of Trip”. En 1914 fue cuando se presentó el primer cronógrafo de pulsera, y en 1916 fue el turno del Micrograph, el primer cronógrafo mecánico capaz de medir centésimas de segundo. Por estos motivos fue la firma seleccionada para cronometrar los juegos olímpicos de Amberes, París y Amsterdam.
Sus modelos, una inspiración
Uno de sus modelos míticos, Autavia, se presentó en 1932. Su nombre proviene de la unión de la palabra Automóvil con Aviación (AUT+AVIA). También fue durante estas décadas que se especializó en aparatos de precisión para cronometrar pruebas deportivas, como esqui o motor, destacando en la Formula 1.
Precisamente fue un modelo de Heuer el que escogió al astronauta americano John Glenn por la misión especial Mercury-Atlas 6 de la NASA, en 1962. El primer astronauta americano en orbitar la Tierra y con el cronómetro Heuer 2915e en su muñeca. Un reloj que hoy puede verse en el museo del aire y del espacio de San Diego.
La marca se convirtió en una firma muy popular entre los pilotos de coches, al ser Heuer el líder en producción de cronógrafos y equipos de medición de tiempo. Fue durante esos años cuando se presentó los modelos Carrera, inspirados en la Carrera Panamericana de automovilismo. Precisamente por ese motivo Steve McQueen escogió un modelo Heuer Monaco de color azul para lucir en su película “Le Mans”, creando un mito de la relojería suiza que aún hoy perdura.
Su misión por la precisión y la innovación continuó con el modelo Chronosplit de los años 70, un cronógrafo digital de máxima precisión.
La marca TAG Heuer
Fue en 1985 cuando las siglas TAG (Technicas de Avant Garde) se unieron a Heuer, cuando esta empresa que era fabricante de componentes de alta tecnología, entre otros para la F1, compró la empresa añadiendo el suyo acrónimo en el nombre de la marca. A partir de entonces, unas campañas de comunicación totalmente innovadoras y la creación de relojes modernos con gran fortaleza y precisión fue la presentación de la marca TAG Heuer en el seno del mercado de la relojería suiza.
El éxito de TAG Heuer
Su éxito atrajo la atención de una gran empresa como LVMH, que compró la mayor parte de las acciones en 1999. Desde entonces su adn de innovación y precisión no ha parado de sorprender al mercado. Un claro ejemplo es la creación del Monaco V4, el primer reloj que utiliza un lingote en raíles como fuente de energía y pequeñas correas inspiradas en los motores de competición para transferir la energía a cuatro barriletes que recordaban el diseño de un blog motor. Otros logros de la marca durante esta época contemporánea han sido el registro de nuevas patentes creadas en prototipos de su Taller de Alta Relojería, la creación de diferentes movimientos mecánicos propios y la incorporación de relojes inteligentes, como el Connected, donde utiliza el su savoir-faire de relojería con la mejor tecnología de partners tecnológicos.
Una historia desde 1860, que hoy en día TAG Heuer todavía sigue escribiendo. Buscando la excelencia y la innovación, adaptándose a los nuevos retos de la actualidad.
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